lunes, octubre 18, 2010

Think B4 you post!


Hace algún tiempo escribí una entrada que hablaba de la posibilidad, mediante el internet, de ser inmortales, puedes leer esta entrada aqui.

Pero, el internet, además de ser la posibilidad de la inmortalidad, también puede menguar nuestra capacidad de olvidar y ésto se puede convertir en incapacidad de perdonar. El siguiente artículo habla de ésto, 'The Web means the end of forgetting", y a continuación les comparto la reflexión que escribí a propósito del artículo para mi clase:
Algo para pensar
Es real que al estar inmersos en la rutina diaria no reflexionamos acerca de nuestras acciones, prácticas, costumbres, etc.; y llega un momento en que pocas son las que nos hacen pensar o reflexionar acerca de nuestra propia vida. El artículo de Jeffrey Rosen ‘The Web Means the End of Forgetting’ publicado el pasado 21 de Julio en el periódico ‘The New York Times’, sin lugar a dudas lo logra, no solo porque expone sus argumentos de manera ordenada y cotidiana, sino porque precisamente habla de un problema al que todos estamos expuestos diariamente y al que deberíamos poner más atención: que repercusiones tiene la información que subimos a Internet y por cuanto tiempo viviremos esas consecuencias.
El artículo plantea que si la información no desaparece, no se olvida. Lo que a la larga trae repercusiones en la identidad de los usuarios que puede traducirse en consecuencias laborales, personales y de todos ámbitos. A grandes rasgos se mete con la división entre lo público y lo privado, y la imposibilidad de inventarse y reinventarse a si mismo frente a diferentes escenarios. Este problema es preocupante y Rosen se dedica a exponer a lo largo del articulo diferentes propuestas para solucionarlo, algunas desde lo legal, otras desde lo tecnológico y unas últimas desde lo social.
Legalmente se pueden hacer varias cosas. Existe, por ejemplo una empresa ‘Reputation Defender’ que se dedica a limpiar reputaciones en línea por medio de conductos legales. Por otro lado se podrían instaurar leyes que protejan el empleo de cierta información encontrada en línea, ya sea para darlo o para quitarlo; opciones para demandar cuando se publiquen falsedades acerca de algún usuario; o tener la posibilidad de declararse en ‘bancarrota de reputación’.
Pero muchas veces a la gente lo que le preocupa no es precisamente que se publiquen falsedades sino verdades, y ahí lo legal no puede establecer restricciones porque se metería con la libertad de expresión. Es por eso que Rosen pasa a un plano tecnológico donde las propuestas giran en torno a borrar la información después de un tiempo ya se automáticamente o por petición del usuario, según la fecha de expiración.
Por ultimo, Rosen plantea una solución desde la sociedad. Frente al problema de la privacidad podría ser necesario que la sociedad se ajustara a ciertas normas: como por ejemplo, abstenerse de publicar información sobre ciertos lugares previamente establecidos. Y por otro lado se plantea el uso de ‘nudos de seguridad’ que le proporcionen al usuario una alerta cuando se disponga a subir información, para que piense dos veces las consecuencias que esta pueda tener.
Muy acertadamente, Rosen concluye que aunque puede que antes la privacidad estaba más controlada la reputación nunca. No se puede controlar lo que los demás piensan y dicen de nosotros. Sin lugar a dudas, Rosen nos hace pensar y voltear a ver nuestras propias acciones, y sobre todo que tanta responsabilidad estamos dispuestos a aceptar. Es muy fácil, hacer recaer toda la culpa en los medios y en las tecnologías pero una acción con verdadera eficacia tendría que salir de nosotros, los usuarios, tener otra actitud frente a las personas y saberse inmersos en el medio como todos los demás, lo que a la larga puede provocar en nosotros una actitud de empatía y apertura que nos beneficiaría a todos. Un excelente articulo de Rosen que, sin lugar a dudas, nos hace pensar.

Las imágenes integradas en esta entrada las saque de este articulo que habla sobre las mejores infografías sobre las redes sociales, escojan sus favoritas (hacer click para verlas en grande):

Un agradecimiento especial a mi profesor Mario Campos, que seguramente nunca leera este blog, pero él nos recomendo el artículo.

miércoles, octubre 13, 2010

Elogio a la Locura

locura.
(De loco).
1. f. Privación del juicio o del uso de la razón.
2. f. Acción inconsiderada o gran desacierto.
3. f. Acción que, por su carácter anómalo, causa sorpresa.
4. f. Exaltación del ánimo o de los ánimos, producida por algún afecto u otro incentivo.
con ~.
1. loc. adv. Muchísimo, extremadamente.
de ~.
1. loc. adj. Extraordinario, fuera de lo común.


Todos alguna vez hemos escuchado la frase 'de músicos, poetas y locos todos tenemos un poco'. Esta entrada esta dedicada a la locura porque ¿cómo no estar dejarse estar locos de vez en cuando? darnos la oportunidad de vivir extraordinariamente, fuera de lo común, privados de la razón, causando sorpresas, dejándonos afectar por la vida; más nos valiera estar locos más tiempo de que nos lo permitimos: ser libres o simplemente ser: Nada humano me es ajeno, y no hay cosa más humana que la locura.

El concepto de locura ha cambiado a lo largo del tiempo y a pesar de que la palabra se usa cotidianamente, si se habla más en serio siempre causará agitación, revuelo, inquietud; o volteamos a ver o huimos de ella, nos provoca interés o miedo pero algo nos provoca. Este mes tuve la oportunidad de visitar el Museo Archivo de la Fotografía (ubicado en República de Guatemala #34, Centro Histórico) y apreciar la exposición 'La Castañeda. Imágenes de la locura 100 años después' y causo en mi muchas impresiones y la primera fue que el museo estaba lleno, algo nos causa la locura que nos interesa, nos agita, nos expone.

La Castañeda fue un hospital psiquiátrico que se inaguró hace 100 años con motivo del aniversario de la independencia, era un terreno muy amplio y estaba formado por 25 edificios y 2 pabellones. Dentro de este hospital metían a todo tipo de gente que no era socialmente aceptada en distintas épocas: enfermos mentales, alcóholicos, sifílicos, ancianos dementes, epilépticos, militares con traumas, jovencitas histéricas, lesbianas, heroinómanos, fumadores de marihuana, peleadores callejeros, hombres de negocios melancólicos frente a la bancarrota, niños con retraso, y gente que se creía o Napoleón Bonaparte o Benito Juárez.

Es una exposición muy recomendable porque de verdad de da un amplio panorama de las épocas en que 'La Castañeda' estuvo abierta y de cómo se desarrollaban ahí las cosas: desde los baños, los internos, los enfermeros, los familiares, la prensa como trataba el tema, los pacientes; pero lo que me pareció más interesante es que puede confrontar a los asistentes con una parte muy interna que no siempre accedemos a confrontar: nuestra propia locura. ¿Cuántos de nosotros no estaríamos ahí recluidos? Incluso 'Se creía que consumir demasiado cine, teatro u ópera genera enfermedades nerviosas' (letrero a la entrada de la exposición) y sobretodo ¿Cuántos de nosotros estaríamos dispuestos a ser recluidos para defender nuestra locura?

Porque finalmente, todos tenemos algo de locos, todos tenemos una parte que no controlamos, encierras a alguien porque no lo controlas y no te conviene perder el control. ¿Será que internamente también encerramos a nuestro 'loco' interno? Las condiciones miserables en que vivían los pacientes hacen contraste con los grandes y lujosos edificios construidos para 'esconderlos': puede ser que nuestro edificio es lo que dejamos ver pero ¿qué escondemos dentro? ¿Ver una de estas fotos es de cierto modo ver un espejo?

Los invito a que se den una vuelta, la entrada es libre, estará un rato más en exposición y si quieren leer más sobre la Castañeda este blog tiene información al respecto y de ahí saque la foto: http://ivan-diariopsicoanalitico.blogspot.com/2009/10/manicomio-general-de-mexico.html

La otra soy yo, porque yo también estoy medio loca.

La locura está siempre presente en nuestra vida:
'Estas loca!'/'Locamente enamorada de ese hombre'/¿qué loco, no?'
¿Alguna otra se les ocurre?

lunes, octubre 11, 2010

Lenguaje audiovisual

Hay muchos tipos de lenguaje: hablado, corporal, audiovisual. El cine y otros medios nos dan la oportunidad de comunicar cosas a través de la imagen el sonido. Hay ocasiones en que dentro de la imagen y el sonido abusamos de las palabras y no pensamos en como comunicar lo que queremos a través de la pura imagen.

Como decir en pantalla 'paso el tiempo' sin escribir 'pasó el tiempo' o sin que un personaje diga 'pasó el tiempo'. Como dices 'está casado', 'está triste', 'se murió'... etc. Hay muchos mensajes que pueden ser dichos sin ser dichos literalmente...

En este ejercicio, hecho para el 'Laboratorio de Comunicación Audiovisual' con el profesor Alex Herrera, se nos pidió que con una polka contáramos una historia. Sin usar palabras, efectos notorios, muchos ruidos, etc. Espero que lo disfruten y también que lo entiendan.